Imaginemos un mago “M” y un participante “P”. Se cuenta
con una baraja que puede ser, por ejemplo, de 4 palos (ej,
oro, copa, espada y basto). Para simplificar supongamos
que sólo hay cartas numeradas del 1 al 10. Entonces M le
dice a P que piense un nº “X” del 1 al 10 (por ej.
supongamos que P piensa X=7) y que se fije en la carta
nº X mientras él, M, vuelve lentamente los naipes uno por
uno. Le pide que cuando llegue a la carta X (que para el
ejemplo sería la séptima) se fije que nº “Y” tiene esa carta.
(supongamos que la séptima carta tiene Y=5) y que a
partir de ahí cuente Y cartas mientras el sigue volviendo
los naipes. Cuando llegue a la carta Y (la quinta desde X
y que vendría a ser la décimosegunda desde que se
empezó a volver las cartas) supongamos que esta nueva
carta tiene un valor Z. Ahora pensará en Z cartas y así
siguiendo sin que P le diga nada a M.
Cuando la baraja está a punto de agotarse se produce el
“milagro”: M toma una carta y le dice a P, en tono de gran
vidente : “Esta es la carta que estabas esperando que
saliera ahora...”.
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